jueves, 30 de abril de 2015

Anne Frank Zentrum (Berlin)








The foundation of the Anne Frank Zentrum in Berlin goes back to an initiative in 1994. At the time the showing of the international travelling exhibition "The world of Anne Frank. 1929-1945" was being prepared in Berlin. The exhibition was shown in six boroughs of the city to mark the 50th anniversary of the liberation from National Socialism. Specifically to support the coordination of the exhibition and the extensive accompanying programme a Society of Friends was founded.
With this organisation as a basis, efforts were made towards the founding of the Anne Frank Zentrum in Berlin so that the work on the topics of the exhibition could be continued. To this end the existing Anne Frank Centres in Great Britain and the USA offered guidance.
On completion of a cooperation agreement with the Anne Frank House in Amsterdam the Anne Frank Zentrum was finally opened on 12 June 1998. Since then numerous visitors, youth groups and school classes have been coming to the Anne Frank Zentrum from Berlin and the whole country. Since September 2002 the Anne Frank Zentrum has been based next to the Hackesche Höfe at 39 Rosenthaler Strasse in Berlin. (From Wikipedia).

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Berlin skyline

Berlin Skyline

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Probablemente Berlín no sea una ciudad cómoda para el turista, por diversos motivos.
Al tratarse de una ciudad sumamente extensa, se hace difícil, casi imposible, recorrerla a pie, que es como a mí me gusta recorrer los lugares que visito.
Esto obliga a utilizar el transporte público: una vasta red de autobuses, trenes, tranvía y metro. Dejando a un lado las limitaciones de cada uno, no siempre resulta fácil orientarse en esta compleja red de transportes, afectada a veces por obras que alteran los recorridos habituales, y donde todavía hoy se percibe la separación que existió entre Este y Oeste.
Habrá quien se pregunte si hay necesidad de recorrer Berlín de punta a punta. Entiendo que sí es necesario, ya que Berlín no tiene un centro histórico como otras ciudades; existen muchos puntos de interés, muy distantes entre sí, lo que obliga a ir de un sitio a otro.
Por otra parte, el clima de Berlín puede llegar a ser un tanto extremo. En invierno hace bastante frío y en verano se pueden alcanzar temperaturas sofocantes. 
A todo esto se añade que Berlín no es una ciudad bonita. Lo explico: hubo un tiempo en el que se puso de moda hablar del "encanto", y así había ciudades, pueblos, restaurantes, hoteles, etc, "con encanto". Pues bien, Berlín no es una ciudad encantadora. Nadie podrá negar que en Berlín hay rincones de belleza insuperable (hay que saber mirar), pero Berlín no es París, ni es Roma, ni es Brujas, ni Florencia. Berlín es otra cosa.
Hay que comprender que Berlín fue durante muchos años "capital del dolor", capital del sufrimiento infinito. Así durante los años del terror nazi como durante los años de dictadura comunista. Hoy se mantiene viva la historia, con monumentos, exposiciones, museos y memoriales de ese doloroso pasado, que pueden provocar una honda impresión, pero no la alegre admiración que causa, por ejemplo, el David de Miguel Ángel.
Berlín es también una ciudad de técnica. Y la técnica no siempre emociona. Es discutible que se pueda distinguir entre técnica y arte, pero pongo un par de ejemplos, por ver si consigo explicar mejor a qué me refiero.
Quien visite el Parlamento Alemán (Bundestag) puede admirar la cúpula, obra de Norman Foster, magnífica obra de ingeniería, que, efectivamente, causa admiración, aunque no emocione de la misma forma que otras obras de arte.
Otro ejemplo es la Torre de Televisión de Alexanderplatz (Fernsehturm). El régimen comunista quiso hacer una obra que admirase al mundo y levantó una torre de telecomunicaciones de trescientos sesenta y cinco metros de altura (hoy trescientos sesenta y ocho, tras la sustitución de la antena originaria en 1990).
¿Hay quien puede emocionarse ante una antena de telecomunicaciones? Indudablemente. Pensemos que la Torre Eiffel es precisamente eso: una antena, que provocó una gran "emoción" a Guy de Maupassant, que dijo de ella que era una pirámide alta y flaca de escalas de hierro, esqueleto gigante falto de gracia, cuya base parece hecha para llevar un monumento formidable de Cíclopes, aborto de un ridículo y delgado perfil de chimenea de fábrica, etc, etc.
Parece, pasado el tiempo, que Guy Maupassant no supo entender el significado de la Torre Eiffel. Es más, podría decirse que la Torre ha llegado a ser mucho más conocida y que provoca muchas más emociones que los libros de Maupassant, lo cual tampoco me parece justo. Repito: hay que saber mirar.
Berlín es ciudad de grandes contrastes, al mismo tiempo antigua y moderna, capitalista y libertaria, donde se mantiene viva la memoria del pasado mientras se proyecta hacia el futuro. En muchos aspectos es una ciudad en construcción.
Berlín es, en definitiva, una ciudad que interesa, sobre todo a quien quiera conocer la historia reciente de Europa, es decir, a quien quiera saber hacia dónde se encamina Europa.
Intentaré que las fotos que vaya publicando en los próximos días reflejen estas ideas que acabo de exponer.
Gracias por vuestra atención.

Panasonic GF1 + kit lens 14-45 
ƒ/9.0
1/500 s
ISO 100
45.0 mm
Software: SILKYPIX(R) Developer Studio 3.0.2.1 SE